miércoles, 9 de agosto de 2017

Evita el conflicto, análisis del futurismo y la obra de Gino Severini "Tren armado en acción"


Tren armado en acción Gino Severini (1915) Italia

El Futurismo es un movimiento literario y artístico que surge en Italia en la primera década del siglo XX a la par del Cubismo en Francia. Gira en torno a la figura de ‎Filippo Tommaso Marinetti, joven nacionalizado italiano que tuvo escuela en Francia, pero él nació en África y fue adoptado por una mujer en Egipto. Filippo Tommaso Marinetti decide ser el gran alumno de Guillaume Apollinaire, y como gran teórico del arte decide inventar un movimiento que sea tan importante como el que estaba surgiendo al mismo tiempo en Paris, con Pablo Picasso y el Cubismo en 1905. Filippo Tommaso Marinetti logra publicar en el periódico parisiense Le Fígaro el 20 de Febrero de 1909 el Manifiesto Futurista. Proclama el rechazo frontal al pasado y a la tradición, defendiendo un arte anti clasicista orientado al futuro, que responde en sus formas expresivas al espíritu dinámico de la técnica moderna y de la sociedad de las grandes ciudades.
“En 1910 ya se puede hablar de un grupo liderado por Filippo Tommaso Marinetti. Trabajarán artistas como los pintores Russolo, Carrá, Boccioni, Balla o Severini. El futurismo fue llamado así por su intención de romper absolutamente con el arte del pasado, especialmente en Italia, donde la tradición artística lo impregnaba todo (Romero, 2017). Quieren crear un arte nuevo, acorde con la mentalidad moderna, estaba inspirado en los grandes cambios que la 2ª Revolución Industrial había introducido en Europa, inspirado en las máquinas y la tecnología buscaban plasmar la esencia del movimiento en las formas, la agresividad, la velocidad, la fuerza, motocicletas el peligro y la energía”
La característica principal del futurismo es la plástica del dinamismo y del movimiento. El efecto de la dinámica se transmitía en vibrantes composiciones de color que debían producir una conexión sensorial del espacio, tiempo y sonido. Al principio, se valieron para la realización de sus objetivos artísticos de la técnica divisionista, heredada del neoimpresionismo y más tarde se aplicó la técnica cubista de abstracción como procedimiento para desmaterializar los objetos. A partir de estas premisas, la representación del movimiento se basó en el simultaneismo, es decir, multiplicación de las posiciones de un mismo cuerpo, plasman líneas de fuerza, intensificación de la acción mediante la repetición y la yuxtaposición del anverso y del reverso de la figura,

Buscaban por todos los medios reflejar el movimiento, la fuerza interna de las cosas, ya que el objeto no es estático. La multiplicación de líneas y detalles, semejantes a la sucesión de imágenes de un caleidoscopio o una película, pueden dar como resultado la impresión de dinamismo. Crearon ritmos mediante formas y colores. En consecuencia, pintan caballos, perros y figuras humanas con varias cabezas o series radiales de brazos y piernas. El sonido puede ser representado como una sucesión de ondas y el color como una vibración de forma prismática.
De hecho, existe un antecedente del futurismo donde en su intención por expresar las ondas sonoras, provoca que empiecen a crear música por medio de cacerolas y ruidos.
Los pintores extraen sus temas de la cultura urbana, máquinas, deportes, guerra, vehículos en movimiento, su principal aportación en lo pictórico fue incluir el cálculo diferencial e integral para derivar el mundo del arte, eliminando progresivamente todo populismo o simbolismo, que al mismo tiempo creaba una atmosfera nacionalista a tal grado que termino siendo un movimiento totalmente fascista, el futurismo fue politizándose cada vez más hasta coincidir con las tesis del fascismo, en cuyo partido ingresó Filippo Tommaso Marinetti en 1919.
Para poder entender la obra del Italiano Gino Severini es preciso ver el Manifiesto futurista de Filippo Tommaso Marinetti:

“1.       Queremos cantar el amor al peligro, el hábito de la energía y de la temeridad.

2.       El coraje, la audacia, la rebelión, serán elementos esenciales de nuestra poesía.

3.       La literatura exaltó, hasta hoy, la inmovilidad pensativa, el éxtasis y el sueño. Nosotros queremos exaltar el movimiento agresivo, el insomnio febril, el paso de corrida, el salto mortal, el cachetazo y el puñetazo.

4.       Nosotros afirmamos que la magnificencia del mundo se ha enriquecido con una nueva belleza, la belleza de la velocidad. Un coche de carreras con su capó adornado con gruesos tubos parecidos a serpientes de aliento explosivo... un automóvil rugiente, que parece correr sobre la ráfaga, es más bello que la Victoria de Samotracia.

5.       Queremos ensalzar al hombre que lleva el volante, cuya lanza ideal atraviesa la tierra, lanzada también ella a la carrera, sobre el circuito de su órbita.

6.       Es necesario que el poeta se prodigue, con ardor, boato y liberalidad, para aumentar el fervor entusiasta de los elementos primordiales.

7.       No existe belleza alguna si no es en la lucha. Ninguna obra que no tenga un carácter agresivo puede ser una obra maestra. La poesía debe ser concebida como un asalto violento contra las fuerzas desconocidas, para forzarlas a postrarse ante el hombre.

8.  ¡Nos encontramos sobre el promontorio más elevado de los siglos!... ¿Por qué deberíamos cuidarnos las espaldas, si queremos derribar las misteriosas puertas de lo imposible? El Tiempo y el Espacio murieron ayer. Nosotros vivimos ya en el absoluto, porque hemos creado ya la eterna velocidad omnipresente.

9.       Queremos glorificar la guerra –única higiene del mundo– el militarismo, el patriotismo, el gesto destructor de los libertarios, las bellas ideas por las cuales se muere y el desprecio de la mujer.

10.   Queremos destruir los museos, las bibliotecas, las academias de todo tipo, y combatir contra el moralismo, el feminismo y contra toda vileza oportunista y utilitaria.

11.   Cantaremos las grandes multitudes del trabajo, del placer y de la insurrección; cantaremos las mareas multicolores y polifónicas de las revoluciones de las capitales modernas, cantaremos el vibrante furor nocturno de los arsenales y las canteras incendiadas por violentas luchas eléctricas, las golosas estaciones, devoradoras de sierpes fumadoras... ¿Nos oponéis objeciones? ¡Basta!, las conocemos... ¡Hemos comprendido! Nuestra inteligencia bella nos dice que somos el compendio y la prolongación de nuestros abuelos. ¡Quizás!... ¡Tal vez sea así! ¿Pero qué importa? ¡No queremos entender! ¡Guay del que nos repita estas palabras infames! ¡Levantad la cabeza! ¡Plantados en la cima del mundo, lanzamos, una vez más, nuestro desafío a las estrellas!” (performancelogia, 2007).
“Tren armado en acción” (imagen 1) obra del futurista italiano Gino Severini expresa de manera efectiva una parte de su manifiesto artístico "La guerra es el motor del arte". obsesionados con la necesidad de una guerra a favor de una nueva identidad militar y basándose en el nacionalismo que crearon, uniéndose los futuristas a filas con una firme voluntad patriótica de luchar por el futuro en la primera guerra mundial en el año de (1914-1918). Por cuestiones de salud, Gino Severini no pudo enlistarse, al no poder participar en la guerra, fue un observador de los acontecimientos que sucedían en la ciudad de París, donde esta obra fue creada. Desde su estudio en esta ciudad, desde su balcón, el artista tenía la visión aérea de la estación Denfert-Rochereau, en la cual día con día se movilizaban cientos de soldados armados para ser llevados al frente. Esta obra representa, por medio de líneas diagonales y figuras geométricas, contiene toda la filosofía del manifiesto futuristas que hacían alusión a la guerra en pro de futuro, estaban casados con el capitalismo y la idea de que el mundo le pertenece al ser humano. Las figuras de cinco soldados sosteniendo sus armas y apuntando hacia el extremo izquierdo del cuadro, dando entender que la guerra es contra los que son de izquierda. La referencia del tren se hace visible en la parte superior del lienzo, donde las formas curvas asemejan el humo que expide la locomotora en movimiento, ya que a los futuristas gustaban de exaltar el movimiento agresivo. La obra contiene formas metálicas con figuras geométricas, mientras que con líneas curvas representa a las formas en acción, la obra contiene armonía, es decir todos los elementos conjugan bien en el cuadro por medio de la combinación de tonos azulados, permitiendo que todos  los colores se fusionen con la obra.  Aunque también contiene atributos del cubismo ya que al querer representar la energía y la acción en la pieza recurre a las figuras geométricas como elementos constructivos reflejando el paisaje de la guerra.

“Gino Severini
Nació en Cortona, Italia, el 7 de abril de 1883.
Fue uno de los máximos representantes y líder del movimiento futurista, magnifico pintor, que supo unir ciencia y arte, con rigor constructivo, fantasía e inventiva, logrando la cima de su obra, cuando entre 1910 y 1915 conectó los valores dinámicos del futurismo con los constructivos del cubismo.
Tras un período en Roma, donde frecuentó el estudio de Balla, de quien aprendió la técnica divisionista, en 1905 marchó a París. Profundizó en el divisionismo con el estudio del impresionismo y de la obra de Seurat, y en 1910 se adhirió al futurismo. La influencia del cubismo, ya presente en 1910, resulta más evidente y personal en 1914. A partir de 1923 se dedicó principalmente a realizar paneles decorativos y mosaicos para casas privadas e iglesias, en un acercamiento al novecento italiano. Hacia los años cuarenta volvió a una pintura de raíz neocubista y abierta a la abstracción geométrica. Destacan también sus ensayos Del cubismo al clasicismo (1921) y Razonamientos sobre las artes figurativas (1936).
Nacido en Cortona, la vocación de Gino Severini le hizo trasladarse a Roma en busca de fortuna. Allí entró en relación con Umberto Boccioni y frecuentó el estudio de Giacomo Balla, pero a tenor del escaso éxito de sus pinturas en la Mostra de Rifiutati en el Teatro Constanza (1905), hubo de pasar a París, donde recibió con entusiasmo, pero también con reservas, el manifiesto futurista de 1910.

Aunque adherido a esta corriente, su estilo incorporó de manera ecléctica las conquistas del orfismo y posteriormente se dejó influir por Pablo Picasso y Georges Braque. La vanguardia cubista francesa y el apasionamiento propio del futurismo italiano están presentes en buena parte de su obra, como se percibe en las líneas rectas y agresivas, la aplicación de los colores al modo del neoimpresionismo de Georges Seurat y el tono irreverente típico de los artistas de entreguerras.
Severini fue el pintor que utilizó con mayor profusión el concepto futurista de "analogía" como mezcla indiscriminada de recuerdos o momentos fugaces reunidos fuera de la lógica o de la linealidad temporal. Se trata de un reflejo de la memoria entendida como proceso dinámico, como flujo mental de imágenes y torbellino de formas extraídas de una diversidad de tiempos y espacios. Norte-Sur (1912, Pinacoteca de Brera) es el resultado de la mezcla de destellos visuales obtenidos en el transcurso de un recorrido por la ciudad, estructurando fragmentos de imágenes en una malla cubista.

En otras obras, Severini aplicó los recursos del cubismo para traducir el movimiento como yuxtaposición de puntos de vista distintos. En su serie de bailarinas reúne fragmentos de tiempos dispersos como evocación de los movimientos de la danza. Del reconocimiento de elementos figurativos concretos (rostros, zapatos, volantes) en Bailarina azul (1912, Colección Mattioli, Milán) o Dinamismo de una bailarina (1912, Pinacoteca de Brera), pasaría a juegos formales en los que la interpenetración de elementos quedaría reducida a contrastes de forma, líneas y colores, que se funden vertiginosamente en una frenética amalgama de la que Ritmo plástico del 14 de julio (1913, Colección Franchina, Roma) constituye un magnífico ejemplo.” (Vidas, 2014)

Conclusión
La expresión de la actitud política se puede observar en la obra Tren armado en acción de  Gino Severini (1915), contiene todo el comportamiento político pasional acarreado por el nacionalismo extremo que se vivía en esa época, pues al ser partidarios de soluciones violentas pretendían narrar esa esencia en cada una de las obras, no solo de este artista pictórico si no de otros pintores; que al no poder alistarse en el ejercito optaron por narrar el suceso por medio de la pintura.
Reflejando en esta obra su fascinación por las maquinas dejando muy en claro su repudio por los objetos clásicos, al representar escenas caóticas donde la violencia y los objetos de destrucción son los elementos principales, al dejarse consumir por su deseo de libertad patriótica, inspirando por la ciencia y la tecnología.
 La maquina y el movimiento también se ven reflejado en  su obra, al ser una visión que combina  el presente y pasado, espacio y tiempo, consiguiendo equilibrio en su obra a pesar del contexto histórico-social en la que está hecha, permitiendo que trasciende al retomar la figuración basada en la geometría y la proporción, sintetizándola con la filosofía del futurismo, abriendo camino para poder extender el futurismo fuera de Italia , en el lapso de la  Primera Guerra Mundial sus obras se volvieron más contundentes y pintaba en volumen. Durante los años siguientes realizó pinturas murales, tanto en Italia como en Francia, y mosaicos, entre los que destacan sus colaboraciones en las obras monumentales que Benito Mussolini mandó erigir durante la década de 1930. Al finalizar la Segunda Guerra Mundial volvió a París, donde adoptó de nuevo un estilo neo cubista.

Gino Severini, durante su vida vio surgir el Dadaismo, que se crea durante la primera guerra mundial, sin darse cuenta su obra también influye en esta vanguardia pues los dadaísta al incluir a Marcel Ducham a sus filas, de cierta forma Ducham logro mimetizar el Futurismo y el Dadaísmo pero alejado del fascismo.  


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